La productividad es una medida que expresa la eficiencia con la que se utilizan los recursos para producir bienes y servicios. Generalmente, se calcula como la relación entre la cantidad de producción obtenida y los recursos empleados en el proceso de producción, como el trabajo, el capital y la tecnología. Una alta productividad indica que se están logrando buenos resultados con menos insumos, lo que puede derivar en mayores beneficios económicos y competitividad. La productividad puede ser analizada a nivel individual, empresarial, sectorial o nacional, y es un indicador clave para evaluar el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida.

Existen diferentes formas de aumentar la productividad, como la innovación tecnológica, la capacitación del personal, la optimización de procesos y la mejora en la gestión de recursos. En un contexto más amplio, la productividad también puede relacionarse con factores sociales y ambientales, ya que un aumento en la producción no siempre implica una mejora en el bienestar general.